domingo, 27 de julio de 2014

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No me es muy sencillo describir por qué una matriz (un arreglo rectangular de números) brinca naturalmente a mi cabeza cuando pienso en modelar un instrumento musical, una composición musical, o incluso, usar una matriz como un proceso mental que me permite ordenar en el tiempo una secuencia de acciones que quiero realizar.

Alguna vez que concebí por primera vez que podía modelar música como una matriz, escribí una serie de problemas asociados a ese objetivo:

1.       El problema de cómo escribir los patrones que programo.
2.       El problema de programar concatenaciones de patrones.
3.       El problema de traducir la escritura musical a bloques tipo caja de ritmos.
4.       El problema de demostrar cómo mapear las figuras musicales en el tiempo.
5.       El problema de dar una función con respecto a ciertos sonidos ordenados en el tiempo y el de dar esos mismos sonidos dibujados como mosaico en un plano.
6.       El problema de describir una matriz a partir de submatrices.
7.       El problema de descomponer matrices y encontrar los grupos que hay dentro de ellas y sus permutaciones.
8.       Saber contar todas las posibles permutaciones/combinaciones de mi interés.
9.       El problema de parametrizar un instrumento en función de otro.

Problemas del tipo 1, 2, 3 y 9 conciernen más a usar un entorno de programación, mientras que los problemas 4, 5, 6, 7, y 8 son cuestiones algebraicas o geométricas que pretendía entender y demostrar por mí misma.

Un curso que tomé hace un año con Sergio Luque, me respondió de una sentada todas mis preguntas computacionales, dando ejemplos muy concretos en SuperCollider.

El mismo profesor también me respondió muchas cuestiones sobre cómo relacionar matemáticas y música. Por ejemplo, él ya se había encargado de estudiar y programar las cribas de Xenakis, y a mí me tocó ver él código como tal en SuperCollider. Bastó discutir el código para que yo me hiciera una perfecta idea de la relación que hay entre una criba y la aritmética modular. Por ende, yo podría entonces jugar con el código a manera de cribas. Utilizando más mi raciocinio matemático.

¿Por qué querría yo modelar música con una matriz? O ¿Por qué querría componer a través de aritmética modular?

Supongo que es porque se me hace sencillo y cómodo pensar de esa manera. Y he descubierto que es perfectamente posible hacer esas asociaciones abstractas entre música y matemáticas.

Así que abro este blog para registrar impresiones  y experiencias que he tenido respecto al tema. Es un intento por compartirlas, pero también es una búsqueda de respuestas.

Una forma de apreciar la relación que hay entre música y matemáticas es definitivamente la programación. Pero también lo son el CREAR música o el mero hecho de platicar con músicos, programadores (u otros), intercambiar ideas y encontrar analogías.


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